Una oportunidad de mejora gracias a la retroalimentación y el trabajo colaborativo es parte de la experiencia que ha tenido la profesora Luz Espinoza, del colegio José Bernardo Suárez, de la comuna de Macul, desde que comenzó su participación en el Programa de Indagación Científica para la Educación en Ciencias (ICEC), asociado al Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile. Vivencia que también le ha permitido generar redes con el mundo de la academia en esta búsqueda constante por mejorar los aprendizajes de sus estudiantes.
Fue así como surgió el encuentro con Andrés Bustamante, científico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Chile. “En el curso nos instaron a conocer científicos que se desempeñan en distintas áreas de la ciencia. Y a mí me interesó mucho el tema nutricional. Así conocí a Andrés”, dice la profesora. Una primera visita en la cual el investigador le comentó de un proyecto en el que necesitaba de la participación de estudiantes de enseñanza básica para poder concretarlo.
De esta manera, y gracias a una alianza virtuosa entre academia y escuelas, comenzó a desarrollarse “Ciencia Coolinaria”, una iniciativa que busca que las y los estudiantes puedan entender fenómenos complejos, de una manera sencilla, invitándoles a experimentar con elementos que pueden encontrar en cualquier cocina.
A través de un trabajo en conjunto entre el científico y la profesora, se comenzó a gestar una serie de talleres con el apoyo de la dirección del Colegio José Bernardo Suárez. A esto se sumó que la Universidad de Chile dispuso de fondos para la compra de implementos de laboratorio que les permitieron implementar la iniciativa adecuadamente. “Gracias a esto también hemos tenido la oportunidad de que nuestros estudiantes visiten la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que vean el trabajo que allí se realiza, y que hagan experimentos en los laboratorios, lo que ha sido inmensamente significativo para todos ellos”, afirma.
Invitación a descubrir
“Me pareció muy bueno, porque no solo aprendes, también te puede ayudar a ver qué es lo que quieres a futuro. Venir para acá me permitió conocer más de nutrición y abrir el interés hacia esta carrera. Además, ésta es una de las mejores universidades del país, y se requiere mucho esfuerzo para entrar aquí. Entonces es una motivación”, dice Alahana Macías, una de las estudiantes que visitó la Universidad de Chile en el marco de la iniciativa.
Es que la posibilidad de que estudiantes del sistema público puedan conocer las instalaciones de una de las mejores universidades del país, desarrollando talleres en sus laboratorios, es algo que ha servido de motivación para muchos estudiantes. “La infraestructura del sistema público no siempre responde a las necesidades que tenemos. Por eso, tener la posibilidad de desarrollar este taller en un laboratorio científico, es sin duda una oportunidad única para ellos. También les motiva a proyectarse a futuro. El otro día una estudiante me decía, ‘quiero esforzarme y mejorar en los estudios, porque quiero estudiar acá’. Entonces, lograr eso en ellos, para mí es muy gratificante”, dice Luz Espinoza.
En estas visitas, sus estudiantes han sido invitados a experimentar y descubrir, de manera sencilla, fenómenos complejos, como el rol de los fosfolípidos en la preparación de la mayonesa, o cómo influye la levadura en el aumento de la masa del pan. “Eso ha sido lo bonito del proyecto, que han descubierto cómo funcionan fenómenos que ven cotidianamente en sus casas. Que pueden acercarse a explicaciones y conceptos que muchas veces no se abordan curricularmente en los niveles en los que están. Los fosfolípidos, por ejemplo, se ven curricularmente en octavo básico, pero estos chicos en tercero, cuarto o quinto, ya han podido conocer cómo funcionan”, agrega la profesora.
Un aspecto en el que coincide el científico Andrés Bustamante, quien a su vez destaca la importancia de la alianza que se puede sostener desde las universidades con la educación primaria y secundaria. “Creo que llevar la ciencia de una manera sencilla, pero al mismo tiempo, explicando fenómenos complejos a niños y niñas, es muy importante para motivar su futuro profesional. Para hacerles entender que la ciencia permite explicar fenómenos de la vida diaria en forma sencilla. Además, les da a entender que pueden lograr ser científicos y científicas, siempre y cuando se lo propongan. No es un tema de recursos, es un tema de proponérselo, de utilizar la ciencia en forma rutinaria ,de tal manera que sea algo familiar para los niños y niñas en etapa escolar”.
Crear conciencia
Que los estudiantes tengan la oportunidad de conocer más sobre cómo nuestro cuerpo asimila los nutrientes de los alimentos y la importancia de mantener una nutrición saludable ha sido una de las preocupaciones que ha unido a esta profesora y a este científico. “Me parece fundamental fortalecer la educación nutricional y alimentaria en el ámbito escolar. En la actualidad es muy escasa y hay un gran desconocimiento. Eso obviamente influye en las altas prevalencias de obesidad y sobrepeso que tenemos en Chile. Por lo tanto, creo que si hay una formación permanente desde las bases de la formación escolar, es un buen punto de partida en términos de tratar de mitigar esta condición tan compleja que tenemos que enfrentar en términos epidemiológicos”, dice Andrés Bustamante.
De acuerdo a la profesora Luz Espinoza, la inquietud por abordar esta temática con sus estudiantes siempre estuvo. “Y este taller nos ha permitido ir trabajando el tema desde bien corta edad. Eso me tiene bien contenta, porque, considerando las estadísticas de obesidad infantil y sedentarismo del país (las que se incrementaron en pandemia), es tremendamente importante crear conciencia en ellos”, finalizó.
